Tramana

En esta entrada se puede contemplar la cabeza del dragón desde varios ángulos.


































¿Que como lo cazamos?......esa es otra historia.









Visita a Izaro y Bermeo

Día posterior a la botadura. Tenemos buen tiempo y el mar esta en calma. ¿A donde podemos ir?. Vamos a salir a mar abierto. Haber si alcanzamos la isla de Izaro.













No hay prisa. Tenemos todo un día por delante.

La distancia a recorrer es de unas dos millas. Nunca antes habíamos remado una distancia tan grande. En menos de una hora y sin apenas esfuerzo alcanzamos la isla. Las olas rompen contra las rocas y no queremos aproximarnos demasiado. Nos han comentado que hay un punto en el que podríamos desembarcar pero no queremos arriesgarnos.














¿Y ahora que?. A la derecha tenemos Laga y a nuestra izquierda el puerto de Bermeo. Observamos que la corriente nos desplaza lentamente hacia Bermeo así que este sera nuestro nuevo destino.














Entramos en el puerto. En la punta del muro del dique aun se pueden observar los destrozos ocasionados por los fuertes temporales del invierno. Llegamos hasta la rampa y sacamos la embarcación del agua. Aun son las doce. Podemos llamar a las chicas, que vengan a pasar el día con nosotros.














Biteri se une a nosotros en el viaje de vuelta. Tenemos que remar unas tres millas hasta Sukarrieta. La marea esta subiendo y las olas rompen contra Laida, desde la distancia observamos la espuma. En lugar de entrar por la ría apuntamos directamente a la barra. Nuestra embarcación pasa entre varios surfistas que atónitos contemplan como, subidos a una ola de mas de un metro, planea hasta encallar en la arena. Descendemos, levantamos la embarcación y recorremos los veinte metros que nos separan de nuevo del agua. Cogemos nuevamente los remos y finalizamos el recorrido. Aun puedo recordar las caras de asombro de los surfistas.

Tras la emocionante experiencia Tramana descansa recostada en Txatxarramendi. Dandole caña hemos recorrido las tres millas en menos de media hora. En todo el día hemos bogado mas de diez kilómetros.










Cruce a Laida

Nuestras primeras paletadas. Desde la orilla alguien nos pregunta ¿habéis construido vosotros esa góndola?.














Aquí tenemos nuestro primer pasajero. ¿Que te parece Jou?



Volvemos a la orilla. No hacemos agua y tenemos confianza. ¿Y ahora que?. ¿Que tal si pasamos al otro lado de la ría?. Nos vemos en Laida.















En esta pequeña travesía de Sukarrieta a Laida comprobamos lo rápida que es Tramana. En menos de cinco minutos alcanzamos la otra orilla.


En la playa levantamos una gran espectación. Tenemos que acostumbrarnos a ser el blanco del objetivo de móviles y cámaras.

Una extraña sensación nos invade...., mezcla de orgullo y satisfacción.















Parece que alguien mas se anima. Con cuatro personas a bordo tenemos mucha mas estabilidad y también una mayor inercia.












Botadura

Quien nos lo iba a decir. Hemos tardado un año pero aquí estamos.
















¿Falta alguien? parece querer preguntarnos Tramana retorciendo su cuello.


Tras la bendición de Eguzki y los brindis con sagardo trasladamos el faering al agua. Esto si que es un bautismo.



















Bueno, parece que flota.


Hemos embarcado. Observamos cuanto se hunde en el agua para calcular el lastre mínimo necesario.
















Ajustamos los estrobos sobre los remos en los toletes y ...



a remar. Hay que establecer el ritmo para una buena coordinación.















Tramana se desliza suavemente sobre el agua.


26 de Julio de 2008

Ha llegado el día.
Iniciamos este bloc con el propósito de construir un barco y lo hemos conseguido. Sin tener ninguna experiencia previa.
El tiempo total empleado ronda las 550 horas.
En cuanto al coste nos fijamos como meta los 600 euros y nos hemos pasado un poco, solo 70 euros. Podíamos habernos atenido al presupuesto pero optamos por mejorar el resultado final.
















Lo que si hemos acertado es en su peso. El calculo es que rondara los 70 a 80 kilogramos y se ha conseguido. Tenia que ser lo suficientemente ligero para manejarlo entre dos personas.


Al final, lo mas difícil de todo ha sido conseguir un remolque para transportarlo. Tenemos que dar le las gracias a Biteri por su ayuda.
Tras subirlo al remolque lo sujetamos firmemente con unas trinchas. Vamos a transportar el faering hasta Sukarrieta.
















Aquí esta Tramana. Esperando el momento de la botadura.


Impaciente como nosotros tras lograr un sueño.

Tenemos que agradecer también especialmente la paciencia que han tenido nuestras neskas, Maite e iItxi, por nuestras ausencias.












22 de Julio de 2008

Quedan cuatro días para la botadura y faltan por colocar los toletes y dar un par de manos de barniz al interior. Hemos tenido que solicitar un poco de ayuda. Maite se encargará del lijado y barnizado.



















Los toletes se centran entre las bancadas. Se fijan con resina y unos tirafondos.


Ahora si que es un barco vikingo en toda regla. A que impresiona. Seguro que vamos a llamar la atención.




















Esta es la cola de nuestro dragón.


Por fin se ha completado esta primera fase. Dejaremos para mas adelante los palos, el timón y la vela.
Por cierto, aun no os lo he presentado. Nuestro barco se llama Tramana. Así es como denominan en Lekeitio a las rayas.








20 de Julio de 2008

Vamos a recortar el sobrante en la roda y el codaste para que siga la curva o "arrufo" de la borda. Curvamos un listón sobre la traca superior prolongando su curva. Para evitar ángulos se redondea la zona superior también.














Tras recortar el exceso de madera se completa el trabajo con cepillo y lija.
Es un barco vikingo así que tenemos que colocarle una cabeza de dragón.
Axular ha conformado una muy original. Para que la cabeza sea de quita y pon vamos a realizar un agujero en la proa paralelo a la curva exterior de la roda. Después se introduce un tubo de cobre de catorce milímetros, mismo diámetro exterior que el agujero realizado. Lo encolamos y se recorta el sobrante. En la popa realizamos la misma operación para fijar la cola.


No, esta no es la cabeza de dragón. Podemos contemplar a Jare supervisando como ha quedado el trabajo. Lo observa detenidamente y nos da su aprobación.






16 de Julio de 2008

Este es el dibujo de la plantilla de los toletes. Originariamente se empleaban ramas de árbol que tuvieran forma de y (i griega). No tenemos nada que se le parezca. Como no vamos a ir ningún bosque a cortar ningún árbol tendremos que fabricarlos.














El tolete tienen que soportar el esfuerzo y giro del remo, así que lo haremos del mismo material para que un elemento no dañe en exceso al otro. Vamos a orientar la veta de las tres diferentes piezas que conforman cada tolete de manera que nos favorezca a la hora de tallarlo. La base tiene la beta longitudinal y la cuña tiene su veta paralela a la base del cono


La tercera pieza tiene también su veta en sentido longitudinal. Una vez bien ajustadas aplicamos resina y esperamos a que fragüe. Para mayor resistencia introducimos un tirafondo perpendicular al tercer elemento por el centro de la cuña hasta la base.















Marcamos cada tolete con la plantilla y comenzamos el tallado. Se finaliza con un buen lijado.


Este es el aspecto que tiene una vez terminado. El agujero que se observa es para el cabo a modo de estrobo que mantiene semi unido el tolete al remo.







11 de Julio de 2008

Invertimos nuevamente la posicion del barco. Cortamos al ras las espigas de elondo que sobresalen y sellamos también sus testas con resina.
A continuación se introducirán las puntas de cobre en los agujeros dejados por los tirafondos en el solape de las tracas. Estas puntas van remachadas y para ello se han confeccionado unas piezas romboidales también de cobre con un agujero en su centro.

Este es el proceso de remachado. Las puntas tienen un diámetro de tres con cinco milímetros. Perforamos el forro con una broca de tres milímetros y se introduce la punta. Por este lado mantenemos presionada la cabeza con algún objeto metálico que tenga cierto peso ya que tiene que soportar los golpes que aplicaremos desde el lado contrario. Nosotros empleamos una maza de tallar.














La pieza romboidal tiene también un agujero de tres milímetros por lo que se introduce con la ayuda de un martillo y un objeto hueco metálico. Nosotros empleamos para ello una llave de tubo.

Con unas tenazas cortamos el sobrante de la punta de cobre dejando visibles unos tres milímetros.













Golpeamos repetidamente la punta con un pequeño martillo de bola, empleando la parte plana, mientras mantenemos firme por el otro lado la maza contra la cabeza.

Cuando observamos que comienza a arrugarse damos la vuelta al martillo y ahora con la parte de la bola damos golpes circularmente sobre la punta hasta que adquiera forma de lenteja. Es rápido. Son solo trescientos remaches.













Abajo observamos como quedan los remaches y las espigas de la zona de proa.