Visita a Izaro y Bermeo
La distancia a recorrer es de unas dos millas. Nunca antes habíamos remado una distancia tan grande. En menos de una hora y sin apenas esfuerzo alcanzamos la isla. Las olas rompen contra las rocas y no queremos aproximarnos demasiado. Nos han comentado que hay un punto en el que podríamos desembarcar pero no queremos arriesgarnos.
¿Y ahora que?. A la derecha tenemos Laga y a nuestra izquierda el puerto de Bermeo. Observamos que la corriente nos desplaza lentamente hacia Bermeo así que este sera nuestro nuevo destino.
Entramos en el puerto. En la punta del muro del dique aun se pueden observar los destrozos ocasionados por los fuertes temporales del invierno. Llegamos hasta la rampa y sacamos la embarcación del agua. Aun son las doce. Podemos llamar a las chicas, que vengan a pasar el día con nosotros.
Biteri se une a nosotros en el viaje de vuelta. Tenemos que remar unas tres millas hasta Sukarrieta. La marea esta subiendo y las olas rompen contra Laida, desde la distancia observamos la espuma. En lugar de entrar por la ría apuntamos directamente a la barra. Nuestra embarcación pasa entre varios surfistas que atónitos contemplan como, subidos a una ola de mas de un metro, planea hasta encallar en la arena. Descendemos, levantamos la embarcación y recorremos los veinte metros que nos separan de nuevo del agua. Cogemos nuevamente los remos y finalizamos el recorrido. Aun puedo recordar las caras de asombro de los surfistas.
Cruce a Laida
Botadura
26 de Julio de 2008
Iniciamos este bloc con el propósito de construir un barco y lo hemos conseguido. Sin tener ninguna experiencia previa.
El tiempo total empleado ronda las 550 horas.
En cuanto al coste nos fijamos como meta los 600 euros y nos hemos pasado un poco, solo 70 euros. Podíamos habernos atenido al presupuesto pero optamos por mejorar el resultado final.
Al final, lo mas difícil de todo ha sido conseguir un remolque para transportarlo. Tenemos que dar le las gracias a Biteri por su ayuda.
Tras subirlo al remolque lo sujetamos firmemente con unas trinchas. Vamos a transportar el faering hasta Sukarrieta.
Tras subirlo al remolque lo sujetamos firmemente con unas trinchas. Vamos a transportar el faering hasta Sukarrieta.
Aquí esta Tramana. Esperando el momento de la botadura.
22 de Julio de 2008
Ahora si que es un barco vikingo en toda regla. A que impresiona. Seguro que vamos a llamar la atención.
Esta es la cola de nuestro dragón.
Por fin se ha completado esta primera fase. Dejaremos para mas adelante los palos, el timón y la vela.
Por cierto, aun no os lo he presentado. Nuestro barco se llama Tramana. Así es como denominan en Lekeitio a las rayas.
Por fin se ha completado esta primera fase. Dejaremos para mas adelante los palos, el timón y la vela.
Por cierto, aun no os lo he presentado. Nuestro barco se llama Tramana. Así es como denominan en Lekeitio a las rayas.
20 de Julio de 2008
Es un barco vikingo así que tenemos que colocarle una cabeza de dragón.
Axular ha conformado una muy original. Para que la cabeza sea de quita y pon vamos a realizar un agujero en la proa paralelo a la curva exterior de la roda. Después se introduce un tubo de cobre de catorce milímetros, mismo diámetro exterior que el agujero realizado. Lo encolamos y se recorta el sobrante. En la popa realizamos la misma operación para fijar la cola.
16 de Julio de 2008
La tercera pieza tiene también su veta en sentido longitudinal. Una vez bien ajustadas aplicamos resina y esperamos a que fragüe. Para mayor resistencia introducimos un tirafondo perpendicular al tercer elemento por el centro de la cuña hasta la base.
Marcamos cada tolete con la plantilla y comenzamos el tallado. Se finaliza con un buen lijado.
11 de Julio de 2008
A continuación se introducirán las puntas de cobre en los agujeros dejados por los tirafondos en el solape de las tracas. Estas puntas van remachadas y para ello se han confeccionado unas piezas romboidales también de cobre con un agujero en su centro.
Este es el proceso de remachado. Las puntas tienen un diámetro de tres con cinco milímetros. Perforamos el forro con una broca de tres milímetros y se introduce la punta. Por este lado mantenemos presionada la cabeza con algún objeto metálico que tenga cierto peso ya que tiene que soportar los golpes que aplicaremos desde el lado contrario. Nosotros empleamos una maza de tallar.
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