Para el redondeado final se ha construido un cepillo de base cóncava al que se le adapta una cuchilla afilada con el mismo radio de la base.
El cepillo demuestra ser muy eficaz. En unas pocas pasadas se consigue un redondeado perfecto.
El cepillo demuestra ser muy eficaz. En unas pocas pasadas se consigue un redondeado perfecto.
Aquí se contempla el mástil tras un pequeño lijado. A su izquierda se observa la verga de la vela. En este caso su cuadrado es de cinco con cinco centímetros. Con ella seguimos el mismo proceso para su redondeado.
A unos treinta centímetros de uno de los extremos se suelda una pletina de acero inoxidable que se ha curvado para adaptarla al diámetro del mástil. A continuación sobre esta pletina se sueldan cuatro argollas posicionadas a noventa grados cada una. Después se taladra un agujero pasante y con una gubia practicamos una ranura a cada lado. Por esta ranura pasara la driza o cabo que se empleara para izar la vela. Por ultimo se redondea y afina la punta del mástil y se pinta el metal con pintura galvanizada.
A unos treinta centímetros de uno de los extremos se suelda una pletina de acero inoxidable que se ha curvado para adaptarla al diámetro del mástil. A continuación sobre esta pletina se sueldan cuatro argollas posicionadas a noventa grados cada una. Después se taladra un agujero pasante y con una gubia practicamos una ranura a cada lado. Por esta ranura pasara la driza o cabo que se empleara para izar la vela. Por ultimo se redondea y afina la punta del mástil y se pinta el metal con pintura galvanizada.
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