25 de Junio de 2008

De entre los tablones de abeto que nos quedan elegimos los dos que tienen menos nudos. De cada uno de ellos se cortan dos tiras de siete centímetros de ancho. Los tablones tienen un grosor de siete con lo que obtenemos piezas de siete por siete centímetros. La parte central se desecha por tener los anillos muy cerrados al ser parte del corazón del árbol. Dibujamos primero el perfil del remo situando la plantilla encima y marcando su contorno en las cuatro piezas.















Cortamos con cuidado al exterior de la linea.

Después se marcan los remos con la plantilla que muestra la anchura de la pala.














Cortamos nuevamente con la sierra de cinta.














Va cogiendo forma. Un detalle que ha podido pasar desapercibido es que en este momento nuestra pala tiene solo siete centímetros de ancho cuando debiera tener los diez marcados en la plantilla. Esto es porque en cada lateral de la pala vamos a pegar una tira de elondo. Así nuestros remos tendrán mayor resistencia y soportarán mejor los golpes.

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